lunes, 11 de julio de 2011

Si un pagano hubiera recibido la Eucaristía, se habría convertido

Sodoma y Gomorra son figura
de paganos que se habrían convertido
si hubieran recibido milagros.
El cristiano que vive según el mundo,
recibirá menos misericordia
que estas ciudades mundanas.


“Si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que hice en ti, se habrían convertido” (cfr. Mt 11, 20-24). Jesús se lamenta por las ciudades como Cafarnaúm, que han recibido su Presencia y su misericordia, porque Él ha obrado milagros portentosos, pero aún así no se han convertido.

Jesús se queja de estas ciudades, a las que podría llamarse “religiosas”, porque no han vestido “sayal” ni han esparcido “cenizas sobre sus cabezas”, en señal de arrepentimiento y de conversión, y por lo tanto, han seguido en su maldad. Aparentando ser buenas, estas ciudades han demostrado una maldad superior a las ciudades consideradas “malas”, porque si en estas –Tiro y Sidón, Sodoma y Gomorra, todas ciudades paganas- se hubieran hecho los milagros que se hicieron en Cafarnaúm, en Corozaím y en Betsaida, se habrían convertido, con lo cual demuestran, en realidad, que estaban dispuestas a convertirse de su mal proceder, de haber recibido la advertencia.

Estas ciudades –Corozaím, Betsaida, Cafarnaúm, por un lado, y Tiro y Sidón, Sodoma y Gomorra por otro- son figuras de los bautizados y de los paganos respectivamente.

Es decir, son figura de aquellos que han recibido el don de la filiación divina en el bautismo, pero se comportan en sus vidas como si no hubieran recibido nada, mientras que las ciudades paganas y mundanas son figura de muchos paganos que, de haber conocido a Jesucristo, se habrían convertido en grandes santos.

Con toda seguridad, siguiendo la intención de las palabras de Jesús, muchos de estos paganos, habiendo asistido una sola vez a Misa, y habiendo comulgado una sola vez, habrían alcanzado grandes cimas de santidad, porque habrían alcanzado la conversión del corazón.

No podemos decir, como bautizados, que no se han hecho en nosotros grandes milagros, pues hemos recibido, además del don de ser hijos de Dios, el Cuerpo sacramentado de Jesús resucitado, y si nos comportamos como si no hubiéramos recibido estos grandes milagros, entonces en el Día del Juicio, los paganos, y aquellos considerados “malos” a los ojos de la sociedad, recibirán más misericordia que nosotros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario